A diario las personas que tienen sus negocios en las calles céntricas de la ciudad, principalmente en las calles 10 de Agosto, Rocafuerte, a lo largo de la 18 de Noviembre y avenidas, se ven afectados por la competencia desleal. Dicen que las ventas se han reducido por la presencia de comerciantes informales.
Casos
“A todos nos afectan”, dice Humberto Sigüenza, propietario de un negocio, tras acotar que ellos deben cancelar impuestos y aranceles cuando ingresa la mercadería, “los informales no hacen nada de eso, ni tienen que pagar arriendo”, aduce.
La situación es más complicada porque al apostarse en los exteriores de los locales, la gente no ingresa a comprar y por ende las ventas bajan considerablemente. Como medida emergente los comerciantes se ven obligados a exhibir la mercadería afuera para atraer al cliente y solventar en algo la inversión.
En las veredas
Los micro-mercados también están afectados porque sus clientes ingresan con dificultad ante la presencia de los ambulantes en las aceras. “Todos los días desde las 18h00 pasan obstaculizando el paso, dejan sucia la vereda. Se les pide comedidamente que tengan la bondad de retirarse a otro lugar y no hacen caso, es como hablar con una pared”, explica Richard Mejía, administrador de Zerimar.
Ellos cuentan que al principio los ambulantes se portaban mal cuando les pedían que se retiren, ahora ya no les dicen nada, “nos ganaron prácticamente. No hubo forma de controlarlos”, detalla el comerciante.
Está de acuerdo que las autoridades continúen con el control “no se ve bonito que fuera de un local comercial estén personas allí, para eso hay espacios de comercialización de los productos”, recalca Mejía.
Comentarios
La gente está consciente de los riesgos a los que se somete por adquirir productos en la calle, sin control sanitario, ni nada que garantice el buen estado. “Es verdad que nosotros estamos faltando a las reglas que pone el Municipio (...), pero no adquirimos cualquier producto porque vemos por los medios de comunicación que es peligroso y pueden dañar nuestra salud”, dice Miriam Jiménez.
“Yo no estoy de acuerdo que la ciudadanía adquiera los productos en la calle porque siempre debe existir un control, en el caso de los alimentos de primera necesidad, deberíamos ver siempre la higiene, porque hay mucho descuido, el producto lo botan al suelo y ese va al consumidor”, resalta Graciela Carrión.
Lucrecia Sotomayor compra la lechuga, frutas, carnes y demás productos en los mercados municipales por cuanto es una responsabilidad llevar alimentos sanos al hogar. Agrega que no es correcto adquirirlos en las calles porque están propensos al polvo y viento que trae microbios.
Comparación nacional
“Necesariamente se necesita control de la autoridad pero también de ubicarlos en algún espacio para que trabajen y así terminar con los obstáculos que hay en las esquinas y veredas que afean la ciudad.
Si es necesario la actuación de las autoridades pero no con la violencia que se está realizando en otras ciudades como Guayaquil, Cuenca y Riobamba. En el caso de Loja acabo de ver cómo los uniformados con amabilidad le piden que se retire a un señor que vende chochos”, indicó Yino Noboa.
