Sabú y Shanga, una historia para recordar

Desde la Provincia de San Elena  vino Diana Velasco a visitar a su amigo  Sabú, el león que llegó al Zoológico Municipal de Loja, el pasado 25 de febrero,  en compañía de su hija Shanga.  El encuentro de Diana con el felino fue muy emotivo, aunque duró pocos minutos, se pudo observar el afecto  entre ambos.

Hace 18 años, cuando Diana se desempeñaba como  voluntaria del Zoológico de Guayllabamba en Quito,   nació el pequeño Sabú,  por la prolijidad de los cuidados que necesitaba el pequeño animal, lo llevó a su casa  donde permaneció seis meses;  posteriormente  regresó  al zoológico donde nació. Sin embargo, por cuestiones de espacio Sabú  fue enviado a un zoológico privado en Salinas de Ibarra junto a dos hembras de su especie.

En el nuevo hogar de Sabú Diana lo visitaba cada tres meses, hasta que un día pudo notar que el animal estaba delgado por falta de comida, situación que fue denunciada a las autoridades, por ello  los propietarios del zoológico le prohibieron el ingreso.

Más tarde los felinos fueron decomisados y remitidos al refugio Santa Martha en Amaguaña, donde le practicaron la vasectomía a Sabú para evitar  su reproducción.  Luego fue trasladado al Centro de Rescate Guayabillas de Ibarra  donde permaneció por 12 años junto a su hija Shabu, hasta el cierre del establecimiento  de rescate animal. 

Hoy  Sabú (de 18 años) y Shanga (de 9) permanecen en cuarentena en las instalaciones del Zoológico Municipal de Loja, sin contacto con turistas, solamente con  profesionales y  personal que labora en el sitio.

Katiuska Valarezo,  responsable del Zoológico Municipal, señala que los felinos están en un tiempo de adaptación  y evaluación permanente. Indica que hasta el momento han tenido una excelente evolución y aspiran que se ajusten sin problema  a su nuevo hábitat.

Diana Velasco, agradeció a las autoridades municipales por acoger a los animales que han tenido una larga historia desde que fueron arrebatados de su hábitat  y está segura recibirán un buen cuidado. “Me alegra saber que estarán bien, porque si no los  acogían podrían haber sido sacrificados. Trataré de venir siempre y no perder el contactos con ellos”.